21 de noviembre de 2011

no estamos locos...

Carmencita (para quienes nos saben de que hablo es la señora que me cuidaba cuando era chiquita… desde mis 6 meses de vida estuvo en casa, ayudando a mama que siempre fue muy laburadora, hasta hace unos años, que netamente por la edad ya no podía trabajar. Hace unos meses se fue al cielo y desde allá, me sigue cuidando…) tenia la costumbre de hablar sola y en voz alta, entonces te enterabas de cuales serían sus movimientos antes de que los haga... esas cosas de grande que nunca vamos a entender los que somos un poco mas jóvenes pero que quizás en algunos años, justifiquemos.

Hablar con uno mismo, definitivamente, aprendí eso de Carmen, quizás todavía no lo hago en voz alta, o al menos no me percato de ello, jaja... verán mi caso no es tan agudo, pero he tomado la costumbre de hablar conmigo…y lo hago con gusto.
En los viajes me gusta mucho sentarme a reflexionar
Es que si nos ponemos a reflexionar, y ya sé que puede sonar algo loco, pero…siempre estamos pensando, por lo que, queramos o no siempre, nos estamos diciendo cosas (a veces de manera audible y otras no) cosas que a veces nos ayudan a enfocarnos, a coordinar acciones, pensamientos, motivarnos o simplemente aclarar ideas, es que muchas veces ando dividida entre la razón y el corazón entonces el reflexionar en voz alta es algo así como un desahogo y porque no rebaja la tensión emocional.

Por ejemplo, hace unos días que ando MUY enojada con el director técnico de la selección femenina de hockey de mi país.. y confieso que cada mañana le mando mis puteadas… he puteado al aire, me he preguntado y contestado, y he conversado conmigo misma… pude poner en palabras esos sentimientos y me ha ayudado a sacarlos un poco de la cabeza, pero no a olvidarlos, todavía ando un poco molesta, pero me he descargado bastante, je.

Volviendo al “hablar solo”, una vez, una profe de gimnasia nos dijo a mis compañeras y a mi: necesitamos motivarnos, decirnos que podemos, enfocarnos, no perder el blanco, analizar el camino, guiarnos y sobretodo relajarnos. Aprendí mucho de esa charla, suelo ser un tanto “chispita”, suelo “salirme de la vaina” con frecuencia por eso creo necesario a veces parar y hablar conmigo misma para decirme un par de cosas...

¿Lo ves muy loco? Vos, ¿hablas con vos mismo?