Fin de año tiene esas cosas, uno
se junta a despedir “algo” y con cualquier excusa, se reúne con amigos. Eso suele
dar pie a brindar ilimitadas veces y he aquí el famoso alcohol presente en
cualquiera de sus estados: cerveza, vino espumante, Fernet con coca, uno brinda, brinda y brinda sin recordar
que a la mañana siguiente hay que levantarse y laburar como cualquier otro
día… come, ríe, se encuentra, habla y sí, BRINDA!
Cuando uno emprende la vuelta a
casa, después de varios intentos fallidos de irse temprano… porque viste que cuando uno
se junta un día de semana dice “ ok, voy
pero vuelvo temprano que al otro día trabajo” bueno esta claro que eso no
se cumple y por el contrario cuando uno dice, “bueno me voy yendo…” aparece una
buena conversación, una charla, un juego, un brindis y hace que el “ahora me voy” se retrace, se posponga
y que se cumpla muuuuucho después de lo que se tenía planeado.
Llegas a tu casa. Te acostas, con
ese que se yo viste que tiene el haber disfrutado otra noche, el haberla pasado
lindo, el haber sonreído sin importar que en la mañana un martilleo cerebral
nos recordara la noche de anoche… Creo que la vida esta para que no solo
aprendemos y si no para que DISFRUTEMOS y creo que ahí debemos poner énfasis,
en esos lindos momentos que nos llenan de vida!
Antes de dormir uno se intenta
concientizar que le quedan pocas horas y debe levantarse en un rato. Vagamente
le da lugar a la razón que dice: ya no
estas para esas cosas… y el otro yo pareciera preguntar ¿para que cosas? ¿Hay edad para divertirse hasta altas horas? Se que
de más joven podía aguantar muuuuucho más sin dormir, o dormir muy pocas horas,
pero que más da, estoy en el baile… ¿bailamos?
Me abrazo a la almohada, como
cada noche, cierro mis ojos y comienzo a disfrutar de esas pocas pero intensas
horas de descanso… y ahí cuando te encontras en el quinto sueño escuchas esa
voz que cada mañana te dice que “es la
hora”, la hora de un nuevo día y despertas…. no como siempre, quizás con la
boca seca, con ese martilleo cerebral, con esa voz de ultratumba y el cuerpo
algo cansado por haber llegado de madrugada, pero díganme ¿Quién me quita lo bailado?
Quien te quita ese momento con
amigos, esas horas compartidas llenas de risas y anécdotas, esa complicidad,
esa camaradería… Yo voto por un que se
repita cada vez que queramos repetirlo y como hace años voy a seguir
alabando que pongámonos “excusas” creativas para juntarnos y seguir festejando! Vos?