9 de junio de 2015

PERDON-D-AR



Kim Phuc, corriendo desnuda con tu torso quemado.
Ayer escuche hablar sobre Kim Phuc, quizás te suene su nombre, quizás no. Te cuento que Kim, es la niña de la imagen que recorrió el mundo hace 39 años, en la que aparece corriendo con su cuerpo desnudo quemándose en la guerra de Vietnam.

Un fotógrafo llamado Nick Ut, capturó ese terrible momento y más tarde fue galardonado con el premio Pulitzer. Su foto fue, sin duda, fue un símbolo de la guerra, pero su protagonista quiere enseñar, transmitir algo totalmente diferente a la guerra: perdón, esperanza y paz.
El cuerpo de Kim quedo con marcas visibles e invisibles de un ataque que ella no merecía… su vida cambio para siempre a partir de ese día… tuvo el 65% del cuerpo quemado, perdió su casa, algunos familiares y amigos. Con tan solo 9 años paso  interminables meses en el hospital y 17 operaciones de injertos de piel.

A vos y a mi seguro lo primero que se nos ocurriría pensar es en: Justicia,  venganza, muerte, castigo, pena, cárcel para cada uno de los cometieron esto. ¿Sabes en que piensa ella? en PERDON!

Puf, que difícil, cuantas veces nos han lastimado, engañado, traicionado, y cuantas veces también, hemos sido nosotros quienes lastimamos….
Hace un tiempo atrás me culparon de algo que no hice... al principio me sentí muy mal porque el verdadero culpable no decía nada y dejaba que se hablara mal de mi.. Me daba impotencia, ira, bronca… quería ir y zamarrearlo hasta que dijera la verdad. Entonces vino una amiga y me dijo: “A él ya lo conocemos, y a vos también. El prontuario lo tiene él, no vos. PERDONALO, no solo no sabe lo que hace si no que también, tiene mucho que aprender. Y sabes que, también vos podes aprender y practicar eso de la otra mejilla, y el perdonar setenta veces siete”
Que bueno tener esta calidad de amigo que puedan abrirnos los ojos con unas palabras y comprimir nuestra ira. Así fue quizás por primera vez pude refrenar mi impulsividad y perdonar, asi, sin más. Perdonar la ofensa, sin que nos pidan perdón!

Es fácil perdonar las cosas sencillas, un empujón, un olvido, una mentirita, una llegada tarde. El merito esta en perdonar lo que realmente nos duele. Siempre resuena en mi una frase “Ama a tu prójimo como a ti mismo” qué difícil es amar a algunos…
Si no aprendemos a perdonar y amar a los que nos han agredido, entonces con que criterio podría pedir/orar/rezar siquiera el padrenuestro donde empleamos el Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”

Sin duda el perdón no es algo que aprendemos de la noche a la mañana, porque no hay nada más difícil que llegar a amar a quien no “bancamos” o quien nos lastina en lugar de reaccionar con venganza, buscando justicia a cualquier precio…. Ojo no digo que sea fácil eh… Pero mira la historia de Kim, como esta mujer nos enseña a perdonar a aquellos que le han marcado la vida y no solo de forma física.
Estaría bueno poder alentar a las personas a que se amen y ayuden entre sí. Creo fervientemente que el amor es la clave de todo. Creo que la vida se trata de AMAR, y amar con todas la letras. Amar en la risa, en el llanto, en la diferencia, en el perdón. Tenemos que aprender cómo ser más tolerantes, estar atentos a las personas, escucharlas, sacar el foco por un rato de nosotros y mirar al costado  ayudando a los demás. Creo que deberíamos dejar de dejarnos llevar por la ira y la bronca del momento y como he dicho en varias oportunidades en el blog, ponernos en el lugar del otro (difícil tarea si las hay).
Los adultos muchas veces no vivimos en el amor, ni siquiera nos escuchamos. Deberíamos aprender de los niños que en 3 segundos arreglaron sus problemas y diferencias. Deberíamos salir del lugar de victimas, tener paciencia, sentir compasión… Quizás el perdón que esperamos no llegue nunca, quizás nunca se animen a pedirnos perdón por el error que cometieron pero demos nosotros el primer paso, y digamos, YO TE PERDONO!
Después de perdonar, decidí cuál es el tipo de relación que preferís mantener con esa persona pero algo vas a aprender seguro, y es que El perdón va en siempre en beneficio del que perdona.